¿Qué ponerse?
(La Sagrada Familia: Génesis 15:1-6 & 21:1-3; Colosenses 3:12-21; Lucas 2:22-40
Los peregrinos en La Salette muchas veces preguntan sobre el significado de las rosas, las cadenas, el crucifijo y, especialmente, el martillo y las tenazas que la Bella Señora añadió al simple atuendo de las mujeres de los alrededores de Corps. Ya que ella misma no dio ninguna explicación, y aunque existe una cierta tradición que tiene que ver con estos detalles, cualquier interpretación razonable es posible.
Sin embargo, estos elementos no tienen que ver con lo esencial de la Aparición. Miremos más de cerca a esta mujer, vestida de “sincera compasión, bondad, humildad, dulzura y paciencia”. Sí, esta es Nuestra Señora y nuestra Madre, en quien encontramos las virtudes recomendadas por San Pablo a los colosenses.
La dulzura de su voz tranquilizó a Maximino y Melania y calmó sus temores. Su bondad es evidente en todo lo que ella hace y dice – aun cambiando del francés al dialecto local cuando se dio cuenta que los niños no entendían. Su mensaje, hasta en sus partes más exigentes, está imbuido con la compasión que la movió a venir a nosotros, para reconciliarnos con su Hijo. Con toda humildad, María lloró en la presencia de estos jovencitos extraños. “Y a ti misma una espada te atravesará”, como Simeón le había dicho.
Estas son también las cualidades de una familia cristiana, en ambos sentidos del término: El hogar cristiano y la Iglesia Universal, San Pablo luego escribe: “… sopórtense unos a otros y perdónense unos a otros… y sobre todo háganlo todo con amor”
¿Es esto realmente posible? Por supuesto. Aunque ejemplos de esto parezcan ser relativamente raros. Vemos tantos conflictos, tanto odio. El perdón se hace cada vez más y más difícil, aun entre los cristianos.
El amor cristiano no es automático. “Cristiano” se refiere a la fe en Jesús. En Génesis leemos. “Abraham confió en el Señor y esto le fue tomado en cuenta para su justificación” Así como la fe fue la fundación del edificio de la descendencia de Abraham, así es también para la familia cristiana. Pero necesita ser profunda y sólida.
Muchas personas que se dedican a Nuestra Señora de La Salette llevan una cruz con el martillo y las tenazas. Pero deberíamos también imitar la manera como que ella trató con los dos niños que ella misma escogió; como ella, necesitamos poner nuestra “sincera compasión, dulzura…”